El segundo día en Londres, daban lluvia y aunque nos cayeron
algunas gotas, fueron poquitas. Como creíamos que iba a llover más, el día
anterior planeamos ir al Museo Británico y al ver que no llovía decidimos ir
andando. Desde nuestro hotel , eran como 30 minutos a pie hasta el museo.
Yo ya había estado en el museo anteriormente, pero muy poco
rato. Fue hace unos años, cuando fui a Bath a estudiar inglés, y aprovechamos
varios estudiantes para ir a visitar Londres un día. Ese día nos dimos un
palizón viendo los puntos más importante de Londres, por lo que obviamente, no
pudimos dedicarle más de hora y media al museo. Esa vez elegí ver la parte de
Egipto y esta vez también, aunque debo decir que apenas lo recordaba.
Si eres amante de los museos, Londres es sin duda una de la
ciudades que debes visitar, no solo por la gran cantidad de museos que tiene,
sino porque mucho de ellos son gratuitos. El Museo Británico es uno de ellos.
Dicen que puedes tirarte una semana viendo el museo, que aún
te quedarían cosas por ver. No lo pongo en duda. Es espectacular y no
tengo ninguna duda de que cuando vuelva a Londres volveré a ir para seguir
conociéndolo.
Nosotros elegimos ver la muy conocida colección de Egipto
(masificadísima, increíble la cantidad de gente que había). Por lo visto, es la
mayor colección fuera de Egipto y la más visitada del museo, algo que queda bien
claro cuando pisas la zona dedicada a Egipto, sobre todo con la Piedra Rosetta,
la cual siempre está rodeada de gente. La colección de Egipto está en la planta
baja y luego si no recuerdo mal, en la cuarta tienen la colección de momias
(también muy chula y muy visitada). Me encantó la parte de Egipto, es una
cultura que me atrae mucho, sin embargo disfruté mucho más la de Antigua Grecia
y Roma, seguramente porque son civilizaciones que me atraen aún más. Esta
colección es junto a la de Egipto las más visitadas, sin embargo, no tiene
punto de comparación, al menos el día que yo fui, la cantidad de gente que
visitaba la de Egipto con la que visitaban la de Grecia y Roma. ¡Y es una pena!
Es cierto que no es una colección tan extensa, pero realmente creo que se le
debería dar más bombo. Esta colección también está en la planta baja y en la
cuarta y es más extensa la de Grecia que la de Roma.
Estuvimos toda la mañana visitando el museo y podríamos
haber estado más, ya que como comenté anteriormente, es un museo enorme con una
gran variedad de contenido.
Una vez salimos, mi intención era dirigirnos hasta el Covent
Garden o el Soho a comer en algunos de los lugares que había visto en la guía
de Lonely Planet que parecían interesante. Pero mi novio tenía hambre y se paró
a ver el menú de un bar cercano al museo. No era caro para lo que habíamos
visto por ahí: 6,95 libras por hamburguesa, patata y refresco y 5,95 libras por fish
and chips. Como él tenía mucha hambre y yo la verdad es que también al final
entramos, aunque algo en mi interior me decía que no deberíamos.
A ver, el sitio no estaba mal y la comida, nada del otro
mundo, pero estaba buena. Sin embargo, el dueño era un sin vergüenza, nos intentó timar,
no una, ni dos, sino tres veces. Primero vimos que en la carta ponía otro
precio al menú, así que preguntamos y el tío tuvo la jeta de decirnos que ese
precio era para atraer a la gente pero que luego era otro. Debió vernos la cara
de mala hostia y la intención de levantarnos que rápidamente rectificó y dijo
que nos cobraría lo del menú. Cuando fuimos a pagar, vimos que solo había
cobrado como menú el fish and chips y se lo dijimos y él decía que la
hamburguesa no estaba en el menú. Total, que tuvo que salir a ver el cartel y
ver que si estaba también en la oferta, tal y como decíamos. A todo esto, luego
nos intentó cobrar una o dos libras más,
no recuerdo cuanto, en concepto de impuesto y le dijimos que eso debía aparecer especificado en la factura;
pero como ya estábamos hartos le dimos el dinero…la cosa es que el al darnos
el cambio, no sé si es que se confundió o vio nuestro cabreo, que no nos cobró
los “supuestos” impuestos.
La verdad es que esta fue la única mala experiencia en
Londres. Yo suelo evitar los sitios muy turísticos para comer, pero eso no
quiere decir que alguna vez no lo haya hecho, pero nunca me habían intentado
timar, al menos no de esta forma tan descarada.
Después de comer nos dirigimos a Convent Garden, callejeando
por las calles. Allí nos dirigimos a una tienda “friki”, llamada “Forbidden
Planet”. Me habían comentado que estaba genial, pero me esperaba menos. En esta tienda encontrareis
merchandising de prácticamente todos los
fandom, desde Star Wars hasta Harry Potter, pasando por Star Trek, Indiana
Jones, y mucho, mucho más. El Paraiso de cualquier friki, lástima que no tomé ninguna foto.
Después de callejear un rato por Convent Garden, nos dirigimos hasta Trafalgar Square, y allí decidimos visitar la Galería Británica, también
de entrada gratuita. No era un museo que pensáramos visitar por cuestión de
tiempo, pero finalmente nos animamos a entrar y dejar el Big Ben para otro dia.
No pudimos estar dentro tanto tiempo como en el Museo Británico por lo que nos
dedicamos a ir a los artistas que más nos interesaba. La verdad que es otro gran
museo que merece la pena y que sin duda recibirá otra visita cuando vuelva a
Londres. Qué maravillas de museos y gratis, ojalá en España fuera así.
Al salir nos sentamos un rato en la plaza a descansar. Yo
estoy acostumbrada a andar pero mi novio no, y aunque yo hubiera seguido
visitando, eran las 5 de la tarde por lo que decidimos volver. Anduvimos un
poco más hasta Picadilly Circus y luego nos dirigimos a Oxford Street, con intención de coger el metro allí pero como
había tanta gente para entrar al metro, y nos agobiaba un poco, decidimos
volver andando. Fue otro gran paseo, pero a mitad de camino del hotel, paramos a tomarnos un kebab gourmet
en un sitio que habíamos descubierto a la ida, Chifafa. Estaba realmente rico. Lo aconsejo al
100%.
Finalmente volvimos al hotel a descansar, pero decidimos
antes pasar por el Tesco a comprarnos unas cervezas y las bebimos en el
hotel. Al día siguiente nos esperaba la
visita a los estudios de la Warner Bross, donde se grabaron las películas de
Harry Potter, y tocaba descansar.
Nos leemos pronto con una reseña del hotel bajo de bajo coste, Easyhotel, donde me alojé en Londres. No dudéis en dejar un comentario.
Saludos,
Cris
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