martes, 14 de junio de 2016

Diario de viaje (II): ¡Llegamos a Londres!

Por fin llegó el día del viaje. Como comenté antes, viajábamos en Ryanair. Yo hacía años que no volaba en esta compañía y debo decir que me sorprendió gratamente. Muy buen trato y ya no se pasan el vuelo entero intentando venderte lotería y demás chorradas, pude incluso dormir.

Una vez llegamos al aeropuerto de destino, teníamos el tiempo justo para tomarnos corriendo algo del Burguer King y montarnos en el bus que nos llevaría a la ciudad. El bus nos dejaba en la estación de Liverpool Street y desde allí fuimos andando hasta nuestro hotel que estaba en Old Street. Se nos hizo un poco largo el trayecto, estaba a unos 15-20 minutos, pero en realidad fue el cansancio, no estaba tan lejos.

Una vez en el hotel, hicimos el check in y subimos a la habitación con una mezcla de miedo e impaciencia ante lo que nos íbamos a encontrar…nos había salido muy barato el hotel. La habitación resultó ser pequeñita, pero más o menos lo que me esperaba.

Descansamos un poco y luego decidimos ir a un Tesco que habíamos visto a la ida. De camino al Tesco descubrimos un cementerio por el que se podía pasear, el cementerio de Bunhill Fields. Decidimos entrar a echar un vistazo.



Me gustan esos cementerios, esos con tumbas en el suelo como los que se ve en las películas…En Málaga no tenemos así (aunque tenemos el cementerio inglés que merece la pena ser visitado). Suelen ser lugares silenciososm con un halo de tristeza que los hace bonito. No era muy grande, y  no se podía acceder a las tumbas. A pesar de estar en medio de la ciudad, era increible la absoluta calma que había allí. Paramos a mirar alguna que otra tumba curiosa, los nombres en ella, de que año er; vimos alguna que otra ardilla juguetear... El cementerio salía a otra calle, y desde ahí vi que en frente había un pub que emitiría más tarde el partido del Atlético y del Barsa, por lo que decidimos que luego iríamos allí.

Dimos la vuelta para salir por donde entramos, descubrimos que había gente importante enterrada ahí como Daniel Defoe, autor de Robinson Crusoe. La verdad es que estuvimos bastante tiempo ahí, de hecho casi nos quedamos encerrados ahí. De pronto apareció un chico en bicicleta gritando “door is closing” en un acento bastante raro, que nos costó enterarnos de que cerraban.


Una vez salimos, fuimos a comprar algunas cosillas al Tesco y nos dirigimos al Pub que habíamos visto antes desde el cementerio. Nos encantó el pub, al no estar en el centro no era extremadamente caro y el trato fue exquisito. Muy amable el camarero. Primero nos pedimos una London Pride para probarla. Luego unos nachos y mi novio se pedio una Guiness. No pensábamos cenar (solo fruta que habíamos comprado) pero los nachos tenían una pinta buenísima. Costaban 7 libras pero la ración era enorme, merecía la pena.



A pesar de haber futbol, el pub estaba lleno por gente de “afterwork”, la mayoría británico aunque sí que vimos a un español con sus compañeros ver el partido, al fin y al cabo, los equipos que jugaban eran españoles.

Una vez acabado el partido volvimos al hotel a descansar. Al día siguiente nos esperaba un gran trote.

Gracias por leerme,

Cris


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